Table
Of Contents
Fomentar
el crecimientode la confraternidad
Editorial
¿Así que quieres
cambiar NA?
Crecer y cambiar
NA en Sudáfrica
Algo para todo el mundo
Un llamamiento para una mejor
comunicación
Cuando un camello...
Reuniones en la isla,
convenciones de NA
Polémica sobre una
convención
Cartas de los lectores
Todos juntos
Todos pertenecemos:
Respuesta al artículo
Respuesta al artículo
Imagínatelo
Nuevos productos
de la OSM
Historieta: «Grupo
habitual»
|
El otoño en Ibiza
trae unos días claros y soleados, un aire fresco que reemplaza el
calor del verano, un sosiego que desciende después del frenesí
turístico de la temporada. Es un momento melancólico, un
tiempo de reflexión. Un día de hace trece años me
encontré con que las drogas se habían vuelto a acabar y el
traficante había regresado a la India. Era el momento de empezar
a estar limpio o de hacer esa escapada con la que todos soñamos:
el viaje que nos daría dinero y drogas que duraran para siempre.
Ni por asomo me imaginaba que me convertiría en miembro de NA.
Hoy, otro amigo y yo hemos
celebrado nuestros aniversarios de recuperación con la confraternidad
local. Trece adictos sentados juntos en una pequeña casa de campo
que da a unas montañas cubiertas de pinos y viñas que llegan
hasta el mar, a dos kilómetros de distancia. El silencio del valle
era sobrecogedor, un digno tributo al milagro que tenía lugar mientras
desayunábamos juntos. De alguna manera, con un mínimo de
esfuerzo, apareció la comida necesaria, tazas y tenedores (¡por
suerte no teníamos ningún comité para organizarlo!)
y celebramos una reunión de oradores informal. Era una mañana
preciosa.
Es un milagro que exista
una comunidad de NA en una isla española del Mediterráneo.
Pero situaciones como la nuestra son cada vez más comunes a medida
que NA se convierte en una confraternidad global y nuestro mensaje se expande
poco a poco por ocultos rincones del planeta. Este lento y firme crecimiento
ha creado la necesidad de un tipo de apoyo especial que llamamos «desarrollo
de la confraternidad».
Cuando empecé mi recuperación,
no había reuniones de NA en Ibiza. Me enteré de la existencia
de NA en el centro de tratamiento del Reino Unido en el que había
acabado, sintiéndome como un cero a la izquierda por no haber hecho,
después de todo, ese viaje a la India para hacer un pase de drogas.
En el centro de tratamiento dejé de consumir. Poco a poco aprendí
lo básico del programa y la enfermedad y empecé a pensar
que no debía volver a Ibiza. Al cabo de unos meses, sin embargo,
otros adictos con más experiencia me despacharon de vuelta a casa,
donde estaba mi familia y el sol. Iba equipado con un «kit para abrir
grupos» en inglés. Mi primera experiencia de «desarrollo
de la confraternidad» tuvo lugar cuando el CSA del Suroeste de Inglaterra,
en Bristol, me reservó un momento del orden del día de la
reunión, para que me levantara, me pusiera colorado y tartamudeara
que iba a abrir un grupo en España. El aplauso y apoyo que me dieron
me duró mucho más que el «kit para abrir grupos»,
y sentí que al fin había encontrado un sentido para mi vida.
Las cosas marcharon bien
durante unos tres años. Uno o dos adictos angloparlantes empezaron
la recuperación y acudían a las reuniones, pero los
miembros españoles no se quedaban. Nuestro contacto con NA en su
conjunto se limitaba al Meeting by Mail [revista «Reunión
por correo»] y a las visitas de amigos del Reino Unido. Fue una época
de supervivencia. Me enteré de que había una convención
mundial en Londres, pero era verano y los vuelos estaban completos. Después
nos pusimos en contacto con un grupo de NA de Barcelona. En aquel momento
me enteré por primera vez de la existencia la CCENA, Conferencia
y Convención Europea de NA. Las dos personas que habían abierto
las reuniones en Barcelona iban a la CCENA en Alemania y nos dijeron que
fuéramos con ellas. Parecía una buena idea, pero no cuajó.
Lo siguiente que supe fue
que la CCENA venía a nosotros, a Barcelona. Doce meses después,
algunos miembros de Ibiza nos subimos a un avión rumbo a Barcelona
para reunirnos por primera vez con otros adictos en un acontecimiento de
NA. Fue un fin de semana que cambiaría completamente nuestra recuperación.
Recuerdo con nitidez la reticencia
y el miedo que sentí mientras cruzábamos la ciudad para ir
a la convención. Había aprendido a sentirme a salvo en nuestro
aislamiento. ¿Qué pensarían los otros miembros de
NA de nosotros? ¿Nos estábamos recuperando de la forma «correcta»?
Quizá lo hacíamos todo mal. Todos saben bien la película
que me daba vueltas en la cabeza: orgullo causado por una baja autoestima,
y vergüenza de la pelea por el poder entre mi mente y mi corazón.
En cierto modo, ambos parecían ganar. Resultado: un adicto arrogante
que balbuceaba y temblaba mientras saludaba en la entrada de la convención.
¿A alguien le suena?
La Región de España
nació en esa convención. Conocimos otros adictos que trataban
de abrir grupos en otras ciudades de España y decidimos reunirnos
un par de meses más tarde en Valencia. Miembros con experiencia
de otros países nos explicaron cómo podíamos formar
una región. Vimos que los adictos del vecino Portugal también
estaban abriendo grupos y muchas de las dificultades que teníaun
eran iguales: las mismas dudas sobre si el mensaje de NA tenía un
marcado sesgo cultural angloamericano, los mismos problemas con las traducciones,
las mismas dudas sobre la formación de una estructura de servicio,
etc. Nos enteramos de que NA funcionaba y crecía en Alemania, que
había miembros en Francia, Italia, Bélgica, etc. Y vimos
que a los miembros de EE UU les importaba mucho el crecimiento de NA en
Europa. En cuanto a mí, en el terreno personal, conocí al
hombre que iba a ser mi padrino.
Dos meses más tarde,
me eligieron primer RSR de la recién formada región española.
Los demás miembros me dijeron que me pusiera en contacto con NA
fuera del país, así que llamé a la OSM. Me atendieron
muy amablemente, pero me dijeron que la mejor manera de estar en contacto
con NA en conjunto era asistir a la CSM en Los Ángeles y que no...
no había subvenciones para el viaje. Me sugirieron que me pusiera
en contacto con la sucursal de la OSM de Londres.
Después de ponerme
en contacto con la OSM de Londres, parecía que la mejor oportunidad
de participar en NA en conjunto era asistir a la siguiente CCENA en Portugal.
Así que hacia allí me fui, esta vez menos a la defensiva,
a hablar con miembros de toda Europa y tratar de conocer a otros RSR europeos
que quisieran reunirse. En la CCENA de Portugal se plantaron las semillas
de una «zona europea». Formamos el Grupo de Estudios Europeo
para estudiar diferentes maneras de que las comunidades europeas de NA
compartieran experiencia, fortaleza y esperanza y se ayudaran mutuamente
a resolver problemas comunes. Fue una época muy apasionante.
Mientras tanto, la Conferencia
de Servicio Mundial decidió subvencionar económicamente a
comunidades como España para que asistieran a lo que entonces se
llamaba «Foro de Desarrollo Internacional» en la CSM de Dallas.
Allí conocí a un grupo de adictos «extranjeros»
sin experiencia, igual que yo. Nos quedamos fascinados por la grandiosidad
de la sala de conferencias, la cantidad de tiempo limpio que todo el mundo
parecía tener, el surtido de camisetas de NA que se podían
comprar y los misterios de ese extraño código de conducta
llamado «Reglas de Orden de Robert». Era de lo más emocionante
y completamente desconcertante. A pesar de todo, una parte de mí
no paraba de preguntarse de si era ésa la mejor forma de que comunidades
como España participaran en NA en conjunto. Y esa duda siguió
allí durante cada una de la CSM a las que asistí en los años
siguientes.
En Europa, mientras tanto,
la CCENA seguía celebrándose cada año. Fui a Roma,
Amberes, Estocolmo, Amsterdam. Francfort, Lisboa, Haifa y Manchester. Las
comunidades de Europa eligieron entre las opciones presentadas por el Grupo
de Estudios Europeo y se formó la Reunión de Delegados Europeos
[EDM, en inglés], que, desde entonces, se reúne dos veces
por año. Un poco como los hijos adolescentes, pasamos por un período
de exigir independencia a lo que nos parecía una CSM sobreprotectora.
También nos peleamos un poco entre nosotros, pero conseguimos no
perder de vista lo que teníamos en común: el deseo de que
la recuperación de NA sobreviviera en países en los que previamente
no se conocía.
Desde entonces hemos recorrido
un largo camino y todos los años la CCENA sigue ofreciendo a los
adictos de Europa un lugar en el cual formar parte de NA en conjunto. Cada
año se ofrece un servicio de traducciones a los miembros que no
hablan inglés. Cada año conocemos miembros de comunidades
nuevas o aisladas: Turquía, Rusia, Polonia, Grecia... la lista sigue
y sigue. La Reunión de Delegados Europeos sigue teniendo su reunión
de verano en la CCENA, así los miembros de comunidades más
jóvenes pueden aprovechar la experiencia de servicio de comunidades
más establecidas. El acontecimiento en sí es un ejemplo real
de lo bueno que puede llegar a ser el «desarrollo de la confraternidad».
Es muy práctico, muy natural y muy efectivo.
Durante los últimos
años, las comunidades de NA de Europa han adquirido una amplia experiencia
para tratar problemas relacionados con abrir y apoyar grupos en países
aislados, cada uno con su propio idioma y cultura. Esta experiencia se
reúne cada vez que se encuentra el EDM. Con el tiempo, el EDM en
sí se ha hecho más fuerte y estable. Durante el último
año hemos empezado a participar en el desarrollo de la confraternidad
con proyectos propios, tratando de apoyar a comunidades aún aisladas
y sin experiencia. A través del EDM, las comunidades vecinas de
Europa se ayudan entre sí. Por ejemplo, miembros de la Región
de Habla Alemana apoyaron un evento regional de la
comunidad de Polonia que,
hasta ahora, estaba aislada. El viaje fue coordinado por la Reunión
de Delegados Europeos y subvencionado por la CSM. Parece una forma muy
práctica y eficiente de respaldar el desarrollo de la confraternidad
en todo el mundo. Estoy seguro de que a los miembros polacos de NA los
benefició enormemente sentir que NA se interesa por ellos.
La CCENA y la comunidad de
NA europea han sido una parte enorme de mi recuperación personal.
Siento que les debo mucho. Le dieron un sentido a mi vida cuando, a principios
de mi recuperación, necesitaba desesperadamente uno. Para mí,
toda mi recuperación está ligada al desarrollo de la confraternidad.
Participar en este proyecto es de lo más emocionante. Con el transcurso
de los años me he visto madurar, y esa madurez es análoga
al desarrollo de NA en Europa y otras partes del mundo. Ver algo así
es un auténtico milagro.
La mayoría de los
miembros de mi grupo habitual son españoles. Nuestra literatura
está bien traducida y NA está registrada legalmente en España.
Nuestra estructura de servicio funciona bien y tenemos convenciones regionales
con regularidad. Hoy en día estoy lejos de ser un solitario.
Los miembros de mi grupo
volvieron la semana pasada de la convención regional. Comentaban
entusiasmados las últimas novedades. Me contaron que el próximo
acontecimiento será en Sitges (Barcelona), y es una convención
europea, ¡una CCENA! Están de lo más entusiasmados
con la idea de compartir con adictos de tantos lugares diferentes.
Yo también estaré
allí, haciendo servicio en el EDM. No hablo mucho del servicio europeo
en mi grupo habitual; nunca me ha parecido muy apropiado. Pero me hace
sentir muy bien saber que los adictos de mi grupo, los adictos con quienes
me recupero y celebro mi aniversario de tiempo limpio, van a participar
directamente en un acto de desarrollo de la confraternidad en la 16ª
CCENA. Sin duda se trata de un acontecimiento que ha ayudado al desarrollo
de la confraternidad aquí en Ibiza mucho más de lo que muchos
miembros de la comunidad local saben. Estoy seguro de que esto también
es válido para muchos otros grupos y adictos de toda Europa, y seguirá
siendo válido en el futuro, en muchos otros sitios aislados, donde
posiblemente ahora mismo un adicto se esté preguntando cuándo
llegará a su fin el infierno del consumo.
La 16ª CCENA se celebrará
en Sitges, un pueblo de la costa, a 25 minutos de Barcelona, del 2 al 4
de julio de 1999. Promete ser un gran acontecimiento con la participación
de muchos países de Europa y el mundo. Si puedes, ven a reunirte
con nosotros. Disfrutarás de poder participar en el milagro del
desarrollo de la confraternidad. En la página 20 encontrarás
más información.
|